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​Cómo hacer conservas caseras

 

Preparar conservas en casa no solo sirve para abastecernos todo el año mientras ahorramos algo de dinero, sino que nos proporciona la oportunidad de adueñarnos de los sabores, dándoles nuestro sello personal y vivir la experiencia de relacionarnos con lo que comemos. Además, si se trata del tema culinario, las conservas potencian el sabor de los alimentos y permiten conservarlos durante mucho tiempo. 

 

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Tipos de conservas

Según el Larousse de cocina, las conservan se definen así: “Producto alimentario acondicionado en un recipiente hermético a los líquidos y los gases que ha sido tratado mediante apertización para asegurar su conservación a temperatura ambiente.”. Pero si nos concentramos en el uso práctico de las conservas, podemos decir que nos permiten aprovechar los alimentos al máximo, dentro de su temporada, para así luego disfrutarlos todo el año, en consecuencia, ahorramos tiempo y dinero. Seguro que ya sientes curiosidad por conocer qué tipo de conservas caseras existen, pues a continuación te nombramos las principales:

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Conservas en azúcar

A la conserva en azúcar se le llama confitura y este método preserva por un lapso largo de tiempo frutas enteras (incluso vegetales), pero también en trozos, molidas o en jugo. Los principales tipos de confituras los mencionamos a continuación:

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  • Frutas en almíbar

  • Mermeladas

  • Jaleas

  • Ates

  • Néctares

  • Deshidratadas

  • Pulpas

  • Compotas

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Conservas en vinagre

El vinagre o ácido acético actúa como conservante natural y proporciona un ligero aroma. Su comportamiento como conservante consiste en penetrar los alimentos reemplazando sus líquidos naturales, que son los responsables de su degradación. El proceso de acidificación con vinagre puede realizarse en frío o caliente, tanto en frutas como en vegetales. A esta preparación se le puede añadir azúcar o sal, hierbas aromáticas y especias. Algunos conservas con vinagre muy conocidas son los siguientes:

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  • Encurtidos

  • Escabeche

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Conservas al natural

Estas conservas caseras se realizan mayormente con el agua utilizada para blanquear los alimentos que se quieren conservar, acompañadas con salmuera, vinagre u otro líquido de sellado. Se emplea especialmente para conservar verduras, aunque también se aplica en frutas pero con otros ingredientes acompañantes.

Otras conservas

  • Chutneys

  • Productos lácteos

  • Aderezos, ketchups, vinagres y aceites

  • Frutos en alcohol

  • Bebidas y licores

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Cómo se hacen las conservas

Lo más importante al realizar conservas es obtener un producto seguro. ¿Por qué decimos esto? Porque las conservas realizadas industrialmente brindan total seguridad, ya que están exentas de microrganismos debido a su sofisticado procesamiento. En cambio, las llamadas conservas caseras (semiconservas), aunque nos brindan un producto más natural y sin aditivos, podrían exponernos a ciertos patógenos si no se cumplen estrictamente todos los requerimientos necesarios para su preparación. Así que, si quieres hacer conservas caseras seguras, presta atención a los siguientes requerimientos:

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  • Adquiere los utensilios necesarios. Preparar conservas en casa requiere ciertos materiales indispensables si queremos tener resultados óptimos y evitar cualquier contratiempo, este es el kit completo: cazuela de acero inoxidable (porcelana o cristal, nunca de aluminio), coladores plásticos (nunca de metal), telas de fibra natural (para filtrar y secar alimentos), cuchillos (preferiblemente que no sean de metal), pinzas, espátula (de plástico), embudos, espumaderas (no de metal), cuencos, una balanza (para pesar ingredientes entre 5 y 10 kilos), medidor de líquidos, medidor de pH, tabla de picar (solo para este trabajo), tarros y tapas que aguanten altas temperaturas (preferiblemente frascos nuevos con rosca, si quieres emplear tarros usados deben ser de vidrio grueso y debes comprarles tapas nuevas). Por ahora, puedes empezar por los materiales básicos que te indicaremos más adelante, en las dos recetas de conservas estándar.

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  • Emplea medidas de higiene estrictas. La asepsia es esencial para producir conservas de calidad y que no atenten contra nuestra salud con enfermedades como el botulismo. Así que, debes seguir las siguientes medidas: utiliza ropa limpia, emplea un delantal, recógete el pelo (emplea un gorro preferiblemente), usa guantes o lávate constantemente las manos, emplea gafas de plástico (no resulta esencial, pero es recomendable), limpia la superficie de trabajo con agua y jabón, esteriliza los utensilios de trabajo con agua hirviendo o desinféctalos.

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Cómo hacer conservas de frutas

Una vez que ya tenemos todos los utensilios a mano y hemos acatado todas las normas higiénicas, estamos preparados para elaborar nuestra conserva casera de frutas. Para iniciarnos en el mundo de las confituras, quizás la mejor receta sea frutas en almíbar, por lo fácil y divertido que resulta prepararla. Aquí te dejamos una receta estándar, la cual puedes adaptar un poco en función de la fruta utilizada:

Ingredientes

  • 1 kilo de fruta (lavada y picada)

  • 1 litro de agua

  • Especias (según la receta o al gusto)

  • 1 kilo de azúcar

  • 2 limones (el zumo)

Materiales

  • 2 tarros de boca grande para 500 g (con tapa de rosca y que aguante altas temperaturas)

  • 2 toallas o tela de fibra natural

  • Pinzas

  • Una cazuela grande y profunda para preesterilizar y esterilizar los botes

Pasos para hacer frutas en conserva

  1. Elige frutas frescas y en su punto perfecto de maduración, es decir, ni verdes ni excesivamente maduras. Evita frutas en mal estado, maltratadas, congeladas o refrigeradas en los supermercados. Prefiere productos ecológicos.

  2. Limpia muy bien las frutas y córtalas, eliminando previamente el pedúnculo, la piel y las semillas o hueso (también puedes dejarlas enteras).

  3. Preesteriliza los tarros (técnica de calor húmedo). Primero, lávalos muy bien con agua y jabón. Después, pon a hervir los frascos y las tapas en la misma olla, pero separados, de tal forma que el agua los cubra por completo (previamente coloca una toalla doblada en el fondo). Cocina durante 15-20 minutos y, una vez pasado el tiempo, déjalos enfriar boca abajo (coge los tarros con unas pinzas de cocina y ponlos sobre una toalla limpia). Nunca toques los botes por dentro y escúrrelos muy bien, antes de usarlos.

  4. Hierve el agua con las especias elegidas, una vez que suelten sabor y color, puedes agregar el azúcar y el zumo de limón. Remueve hasta que se disuelva el azúcar.

  5. Cocina hasta que se consuma una cuarta parte y adquiera una textura semejante a la miel (punto de hilo). Retira las especias.

  6. Agrega la fruta seleccionada. Baja la temperatura y remuévela un poco con una cuchara de madera hasta que se impregne del almíbar. Espera 5-10 minutos y retira del fuego. Deja que se enfríe a temperatura ambiente.

  7. Envasa el producto. Emplea un cucharón de plástico para llenar los tarros. Hazlo paulatinamente, agrega primero la fruta sola y luego suficiente almíbar para cubrirla por completo, no dejes espacios vacíos. Sigue así, y al final, pon solo almíbar, ya que ninguna fruta debe quedar al descubierto.

  8. Deja un pequeño espacio entre la preparación y la tapa. Necesitas aproximadamente 1-2 centímetros (hay quienes dejan incluso menos) entre la tapa y el alimento. Recuerda, si lo llenas demasiado puede estallar al esterilizar la conserva y si dejas mucho espacio vacío se deteriorá la conserva.

  9. Una vez llenos los tarros, ciérralos herméticamente. Al finalizar el llenado, limpia la abertura y los bordes del tarro con un paño limpio y humedecido con agua caliente. Cierra con fuerza, pero sin excederte para no dañar la tapa (esta no debe tener abolladuras o maltratos).

  10. Esteriliza los botes con la conserva. Existen dos formas de envasar al vacío: empleando el baño María o envasando directamente el alimento caliente. En este caso, debes aplicar el baño María, ya que el alimento se envasa a temperatura natural (más adelante te enseñamos cómo).

  11. Etiqueta los tarros una vez listos. Indica el peso, la fecha de envasado y el tipo de conserva. Así tendrás un control de tus productos.

Dado que también puedes conservar las frutas preparando mermeladas, aquí tienes algunas recetas:

 
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